Las tierras palentinas y la
proclamación de Fernando III como Rey de Castilla
Tierra de Campos fue escenario
durante el tiempo en que los reinos de
León y Castilla estuvieron separados (1157-1230) de fuertes rivalidades
y enfrentamientos fronterizos por el dominio del territorio. Ello fue
debido a varios motivos. En primer lugar, Alfonso VII,
al separar los
reinos en 1157, legó parte de esta comarca al rey de Castilla
Sancho
III, llevando la frontera al río Cea. Sin embargo, en la
anterior
división de los reinos en 1065 a la muerte de Fernando I,
este
territorio le había correspondido al reino leonés, por lo que Fernando
II lo reivindicaría ahora. Por otro lado, los límites entre
ambos
reinos eran imprecisos al no existir evidentes barreras geográficas que
lo delimitaran, y, además, se producía un frecuente trasiego de
pueblos, lugares y fortalezas como consecuencia de la firma de
concordias y paces o por acuerdos matrimoniales entre los reyes. Por
último, en Tierra de Campos se asentaban importantes familias
nobiliarias que pugnaban por ampliar sus dominios y que participaban
activamente en las rivalidades entre ambos reyes, intentando atraerse
su favor
Por ello, a lo largo de esos años los pueblos de la Tierra de Campos
(Sahagún, Villapando, Villagarcía de Campos, Medina de Rioseco,
Villalón, Tordehumos, Valderas, Aguilar de Campos…) fueron testigos de
enfrentamientos armados, asedios y saqueos, pero también de la firma de
paces y concordias. Los pueblos de la actual provincia de Palencia,
sobre todo de Tierra de Campos, tuvieron un destacado protagonismo en
importantes acontecimientos vinculados al periodo, y más concretamente
a Fernando
III y su proclamación en 1217 como rey de Castilla.
En octubre de 1214, en apenas 25 días se produce los fallecimientos de
Alfonso
VIII y de su esposa Leonor, heredando la corona con once años
su hijo Enrique, por lo que asume la regencia su hermana mayor
Berenguela,
que había estado casada con Alfonso IX de León hasta que el
matrimonio
fue anulado en 1204 por el papa a causa de su consanguineidad.
Que Enrique
I recibiera el reino de Castilla, vino precedido de dos
acontecimientos que afectaron a la sucesión en Castilla y en León. En
primer lugar, en 1211 había fallecido en Madrid el heredero varón del
trono castellano Fernando, hijo de Alfonso IX y Berenguela. Tres años
más tarde, en agosto de 1214, será el heredero leonés, también de
nombre Fernando, hijo del primer matrimonio (igualmente anulado) de
Alfonso IX con Teresa de Portugal, el que fallezca, dejando como
heredero a otro Fernando, el futuro Fernando III, hijo del segundo
matrimonio del rey leonés con Berenguela. Por ello, Alfonso IX solicitó
a esta que permitiese que Fernando se instalara en la corte leonesa.
La minoría de edad de Enrique fue aprovechada por el rey de León para
reclamar territorios en Castilla, A la vez, la poderosa familia de los
Lara logró el favor del joven rey, apartando a Berenguela de su
influencia, que amenazada por el conde Álvaro Núñez de Lara, busco el
amparo de sus incondicionales, como Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo
de Toledo o la familia Téllez de Meneses, en la que sobresalía Don
Tello, obispo de Palencia. Uno de los partidarios, Gonzalo Ruiz de
Castro, señor de Frechilla, poseía un castillo en Autillo de Campos,
lugar donde Berenguela halló refugio.
Un suceso imprevisto iba a
alterar el curso de los acontecimientos. Estando el rey Enrique alojado
en el palacio episcopal de Palencia, al amparo de su obispo Tello
Téllez de Meneses, sufrió un accidente mortal al golpearle una teja en
la cabeza mientras jugaba con otros niños. Sucedió el 27 de mayo de
1217
y pocos días después, el 6 de junio, le sobrevino la muerte.
Enterado
el conde Álvaro Núñez de Lara, que se encontraba en Toro, vino
rápidamente a Palencia y trató de ocultar el fallecimiento llevando el
cadáver a su castillo de Tariego. Sin embargo, el hecho fue conocido
por Berenguela a través del obispo de Palencia Don Tello.
La reina permanecía en Autillo y su estratagema era hacer llegar a su
hijo desde Toro con el fin de proclamarlo como rey de Castilla en
detrimento de Alfonso IX, quien podía aducir derechos
al trono
castellano. A pesar de las dudas del rey leonés, se
consiguió
que
Fernando llegase a la fortaleza de Autillo, y allí, el 14 de junio de
1217, fue proclamado rey de Castilla. Después se trasladaron a la
ciudad de Palencia, e inmediatamente, tras tomar Dueñas y su
castillo, llegaron a Valladolid, donde el día 1 de julio,
Berenguela recibió protocolariamente el reino, para traspasarlo a
continuación a su hijo Fernando.
Mientras tanto, el rey de León
trató a oponerse, instalando sus tropas en los pueblos cercanos a
Valladolid de Arroyo y Laguna, sin lograr entrar en la ciudad. Desde
allí, pasando por Cabezón, Dueñas, Tariego, Calabazanos y Torquemada,
trató sin éxito de tomar la ciudad de Burgos. En su retirada a León
siguió por Frómista, Villasirga y Carrión. Pasado el peligro,
Berenguela pudo trasladar el cadáver de su hermano Enrique desde
Tariego al monasterio de Las Huelgas de Burgos, donde recibió sepultura.
Fernando
III contrajo matrimonio en noviembre de 1219 en el Monasterio de San
Zoilo de Carrión de los Condes, con Beatriz de Suabia, hija de Felipe
de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo.