Fernando II era hijo de Alfonso VII, rey de Castilla y León,
convirtiéndose en rey de León tras la muerte de su padre en 1157, el
cual dividió su reino entre sus dos hijos. Sancho III recibió Castilla
y Fernando II recibió el reino de León, donde reinó hasta su muerte en
1188.
En 1158
firmó con su hermano Sancho III rey de Castilla el tratado de Sahagún
por el que se reconocía la separación de ambos reinos y se comprometían
a no agredirse. Sin embargo, la muerte de Sancho III, y el hecho de que
su sucesor fuese aún un niño (Alfonso VIII), le impulsaron a volverse
frente a Castilla, tratando de someter a Alfonso VIII, tomando Toledo y
Segovia.
En su afán conquistador, y en su intento por recuperar el
antiguo reino de su padre, volvió sus ojos hacia Portugal, al que
arrebató la Extremadura, llegando a conquistar Badajoz sometiéndola a
vasallaje en 1169. Pero quizá su actividad más intensa fue el intentó
repoblador de su reino y de los terrenos colindantes a los reinos
musulmanes a los que hostigó con frecuencia. En este marco crea, para
impulsar la repoblación y contener a los musulmanes, las órdenes
militares de Santiago y Alcántara.