Enrique I, hijo de Alfonso VIII, heredó el reino de Castilla en
1214, contando tan sólo 11 años. No obstante su reinado duraría poco,
ya que a los tres años murió en Palencia víctima de un
accidente. La regencia recayó en manos de su hermana Berenguela, la
cual tuvo que cederla a don Álvaro Núñez de Lara, debido a las
presiones nobiliarias.
El reino será heredado por su sobrino,
Fernando III, hijo de su hermana Berenguela y del rey de León Alfonso
IX, quien, en 1230 asumirá también la corona de León.