El Tratado de Sahagún fue firmado entre Fernando II de León y su
hermano Sancho III de Castilla el 23 de junio de 1158. Según los
términos del acuerdo, ambos firmantes consentían en darse ayuda mutua;
si alguno de ellos moría sin descendencia, su reino sería ocupado por
el superviviente; los territorios que en el futuro fueran conquistados
a los musulmanes se repartirían entre ambos.
La muerte de Sancho III a finales de agosto del mismo año y
su sucesión por Alfonso VIII, menor de edad, serían aprovechadas por
Fernando II para extender sus dominios hacia territorio castellano,
dejando sin efecto el tratado.