La batalla de Las Navas de Tolosa enfrentó el 16 de julio de
1212 a un ejército aliado cristiano formado en gran parte por tropas
castellanas, aragonesas, navarras y portuguesas contra el ejército
numéricamente superior del califa almohade en las inmediaciones de la
localidad jienense de Santa Elena.
Fue iniciativa
de Alfonso VIII entablar una gran batalla contra los almohades tras
haber sufrido la derrota de Alarcos en 1195. Para ello solicitó al papa
Inocencio III apoyo para favorecer la participación del resto de los
reinos cristianos de la península ibérica, y la predicación de una
cruzada por la cristiandad prometiendo el perdón de los pecados a los
que lucharan en ella. Saldada con victoria del bando cristiano, fue
considerada como el punto culminante de la Reconquista y el inicio de
la decadencia de la presencia musulmana en la península ibérica.